domingo, 28 de abril de 2013

Vacaciones, please

De vuelta del trabajo las pisadas arden sobre el asfalto grosero de mi barrio. Las luces de la vida conformista parpadean llamándonos a cambiar nuestros sueños por un poco de vana ilusión. Llevo unos tacones negros que tocan la marcha fúnebre de una historia que albergo y que voy a llevar a reciclar al primer cubo amarillo que encuentre, cementerio donde todo amor moderno ha de acabar. Llego a casa y me reciben los gatos con su danza particular. Dejo el bolso sobre la mesa blanca y me dispongo a quitarme este hábito de luto que esconde un cuerpo deshecho de lloviznas. Me hablas como si nada, tú estás con el ego por las nubes lo sé y es eso lo que más me derrumba el semblante digno que intento aparentar. Ignorarte sería lo más certero, pero me dueles y me estorbas en todos los rincones de este país. Necesito unas vacaciones de tus ojos verdes de espanto. Entro a Internet, en un buscador un rincón pregunta un nombre y yo respondo siempre el nombre de otro, nunca el tuyo, el tuyo mata.

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