domingo, 29 de abril de 2012

¡Bebe Vino!

Era uno de esos días tediosos que intentaba amenizar con un poco de mis poetas favoritos, después de pasar por Kavafis y Baudelaire, me decidí por la búsqueda de alguna novedad sobre Omar Khayyam. Para mi sorpresa, me encontré con una más que agradable herencia suya a la cultura argentina en forma de canción-poema. El instrumento mediante el cual se manifestó casi diez siglos después, se llama Horacio Guarany y la canción, "Bebe vino". 

Para quién lo desconozca, Omar Khayyam era un poeta persa, matemático, enamorado del misterio, del fuego fatuo del alcohol y de los placeres, era un hedonista reconocido y orgulloso de ello, y eso queda notoriamente plasmado en su lírica de estilo sufí. Sin embargo, como todo conocedor del peligro de los placeres prohibidos, ha de advertirnos sobre la crudeza del camino tomado. Y su advertencia decía así:


Bebe vino: ¡largo será
el tiempo que habrás de
dormir bajo tierra
sin compañía de mujer
y sin amigo! Oye este secreto:
los tulipanes secos
ya no resucitan


No le faltaba razón y Guarany la tomó y la hizo música. El resultado lo puedes catar en este vídeo tributo a ese pequeño demonio arruina-vidas que tanto gusta.

¡Bebe Vino!






Bebe vino...
largos años dormirás bajo la tierra
sin mujer y sin amigos
bebe vino, bebe vino.

Cada vez que mojas
mi boca sedienta
me recorre un largo
grito fantasmal
y una lenta y vaga baguala de otoño
me despierta al indio,
del tiempo de amar
me despierta al indio
del tiempo de amar

Me sube a la sien
me enciendes el grito
me haces tigre y lirio para el carnaval
y una blanca rosa me enciendes de noche
la amistad del hombre, del vino y el pan
la amistad del hombre, del vino y el pan

"Si mis venas fueran los sarmientos tuyos
y un año tras otro volviera a brotar
vino compañero festival del hombre
filósofo antiguo de mi caminar"

Bebe vino...
largos años dormirás bajo la tierra
sin mujer y sin amigos
bebe vino, bebe vino, bebe vino...


jueves, 19 de abril de 2012

Uno de los poemas más raros que leerás nunca

Leyendo el libro de George Smoot "Arrugas en el tiempo" me encontré con un poema bastante curioso cuyo contenido relata, de forma un tanto peculiar, el hipotético encuentro entre la materia y la antimateria (la antimateria es como la materia pero hecha de electrones con carga positiva, protones con carga negativa, etc.) En el poema, la materia y la antimateria son encarnadas por el Dr. Edward Teller y el Dr. Edward Anti-Teller respectivamente. ¿Qué quién es ese tal Edward Teller? Pues para los poco puestos en física como esta servidora, el Doctor Edward Teller era un físico húngaro y cabeza del Proyecto Manhattan, ese que gestaría la terrible bomba atómica. Alejándonos un poco sobre esa triste contribución a la historia de la humanidad, en 1956, Edward Teller dio una conferencia, donde explicaba cómo sería el encuentro entre la materia y la antimateria y que el único resultado de ese dichoso y raro suceso solo podía ser una explosión, que puede quedar resumida en la famosa ecuación de Einstein (E=mc2). Esto impresionó tanto al físico Harold P. Furth que no pudo hacer otra cosa que escribir el más jocoso y friki poema que leerás nunca.



Peligros de la vida moderna.    

Bastante más allá de la tropostrata
hay una región desolada y estelar
donde, en una veta de antimateria,
vivía el doctor Edward Anti-Teller


Alejado del origen de la Fusión,
vivía sin conjeturas ni premeditación
con todos sus antiparientes y antiamigos
y sus antimacasares en sus sillas.


Una mañana, haraganeando por el mar,
divisó una lata de monstruosa circunferencia
que lucía tres letras: A.E.C.* 
y de ella salió un visitante de la Tierra


Entonces, gritando alegremente sobre la arena,
se reunieron dos que, a su extraña manera,
eran tan iguales como dos lentejas. Sus manos derechas
se estrecharon y el resto fue rayos gamma.a.


*(Atomic Energy Comission)

miércoles, 18 de abril de 2012

La noche y Piazzolla

Es una noche fresca de primavera, mi corazón arrullado y engreído por un tango de Piazzolla se siente osado para afrontar los días venideros. Ya hace tiempo que nos baña la incertidumbre, el orden se desmorona y todo es una mezcla de  hastío y efervescencia contagiada. Conforme a mi tiempo yo también quiero bullir , bullir contigo, bullir en las calles abarrotadas y rotas de esta ciudad que deviene cada mañana. Bullir y agitar el corazón de los que tuvimos todo y hoy nos señalan como deudores de un reino que agoniza. Pero AGONIZA, y sí, suena bien, suena muy bien cuando llevas en tu mirada la expresión del viejo complejo de Edipo. Suena a miel y a llanto,  suena a danza zíngara serpenteando en todas las calles y plazas abiertas como flores de Mayo. Suena a pasión que estalla imitando el viejo amanecer del mundo. Es dulce el camino de lo incierto cuando dibujas el destino con tus propios pasos. Un dolor que atisba una esperanza. Ah pero aquí en mi casa, todo sigue igual, aún suena Piazzolla, y no te perdono que en noches como éstas, no vengas a dormir conmigo.


martes, 17 de abril de 2012

Ráfagas de locura

Todas mis confusiones hierven, mi lengua atolondrada juega a desenredarse de miedos. He bebido demasiado café. El baile de los vagones no ayuda. Hay algo dentro que ruega decir "te quieros", decir "lo sientos", clavarte lisuras, escupir tu silencio, patear ceniceros, una lluvia de cerveza -¡oh sí!- y morder tu cuerpo. Después fugarme de tu nombre, fugarme de lo que vas sembrando sin querer, arrancar tus besos de esta piel que guarda todo y decir de verdad que no me importas. El teléfono suena mientras mi corazón golpea dejando ecos en mis dedos, todo el mundo me llama y yo solo quiero esconderme, sacudirme en la oscuridad durante horas. Los rostros son arte abstracto en el vaivén de este viaje  eterno rumbo a mi cama. Oh, dios, no llevo lentillas, solo veo mi locura taquicárdica bailar a solas.
La primavera viene