domingo, 12 de diciembre de 2010

Ochi Chernye - Ivan Rebroff



Cuando escuchamos una canción y ésta nos atrapa, imaginamos, echamos a volar  buscando la historia que se esconde en esas notas musicales, en su fascinante lirismo y esperamos encontrar siempre un poco de nosotros mismos. Podemos imaginarnos las más tortuosas y apasionadas historias de amor, de dolor, de odio, viajamos a un pasado que nunca vivimos y sentimos quizás lo que nunca pudimos sentir. Por eso nos fascinan, y es esa experiencia uno de esos pequeños placeres que nos brindó el mundo. Algo así me ocurrió una de las veces que escuché Ochichornia (en ruso: Очи чёрные, Ochi chornye), no diré la primera, porque no tengo memoria para recordar la primera vez que escuché ésta canción tan versionada y famosa a lo largo del siglo XX. Pero como los enamoramientos tardíos, fue de pronto, un día de repente, la escuché y me vi fascinada por ella. Indagando encontré su historia. Todo se remonta al año 1843 en el que un poeta ucraniano llamado Evgeny Gebrenka escribe un poema llamado "Ojos negros"  El poema traducido dice así: 

Ojos negros, ojos apasionados 
Ojos ardientes, hermosos 
Cómo os quiero, cómo os temo 
Tal vez os conocí en un momento maldito 

Oh, por algo sois más oscuros que lo profundo del mar 
Veo en vosotros el duelo por mi alma 
Veo en vosotros una llama de victoria 
Consumido en ella, un pobre corazón 

Pero no estoy triste, no estoy triste 
Encuentro consuelo en mi destino: 
Todo, lo mejor que en la vida Dios nos ha dado 
Os lo sacrifico, ojos de fuego

La historia de amor apasionado y trágico de un poeta ucraniano no quedaría ahí. Se le añadiría música al poema unos años más tarde pero aquí la discusión sobre su autoria es más controvertida. Según el profesor Tom Burman experto en romanticismo ruso, el autor es Florian Hoffman, un alemán muy identificado con la cultura rusa quién la escribió como un vals para piano y violín. También se le atribuye la autoría al cubano Sindo Garay(1867-1968) que la escribió para su novia Úrsula y la interpretó en un teatro. Según se dice, unas bailarinas rusas llevaron la canción a su país donde un compositor se la apropió y le cambió de letra. 
También se la atribuye a otro cubano, Ernesto Leucona que la tocaba allá por los años 30. Pero en Rusia es una canción que se conoce desde 1884 y la primera versión de la que se tiene pentagrama es de 1897 en Moscú.
El tango que escuchamos en el video también es conocido como "Tschernye Glaza" y se debe al compositor letón judío Oskar Davidovich Strok cuyo estribillo contiene la melodía del tema del que se discute la autoría. La popularizó el cantante ruso Jurij Morfessi  en Alemania y en la URSS Pyotr Konstantinovich Leshchenko. En Argentina, Francisco Canaro escuchó el tema cantando por Morfessi e hizo su versión del tango en castellano llamándolo "Ojos negros que fascinan" que cantarían los jóvenes de la División Azul y se popularizaría por todos los países hispanohablantes. La versión en inglés "Dark eyes" se dice que se hizo tan famosa en Estados Unidos que llegó a ser aborrecida de tantas veces que la escucharon por los medios de comunicación, teatros, etc. También se utilizó como táctica de guerra, en el frente del Este,  para atemorizar al enemigo.
En definitiva la historia de esta canción es enrevesada como pocas, quién le diría a Gebrenka cuando se enamoró de una mujer de ojos negros que un siglo después su poema se hiciera canción que cantarían compartiendo pasión hombres y mujeres de otras razas y culturas del mundo.

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